Las áreas críticas de un hospital o centro de salud son los sectores, salas o servicios en donde se concentran pacientes graves, con enfermedades crónicas y  procedimientos invasivos. Su ambiente limpio y desinfectado es crucial para disminuir la cantidad de microorganismos en primera instancia, y en segunda y más importante, evitar la transmisión de infecciones de tipo nosocomial. 

 

Desinfección hospitalaria 

Las prácticas de limpieza y desinfección de las áreas físicas hospitalarias son esenciales para tener éxito en la prevención y control de infecciones asociadas a la atención médica.  

Como ya lo mencionamos, el propósito fundamental de la limpieza y desinfección de áreas críticas en hospitales es retirar o destruir microorganismos que puedan dañar a pacientes, a sus familiares, y a todas las personas que permanecen o transitan en un ambiente hospitalario. 

Para lograr eso, sin importar el tamaño o tipo de hospital, se deben de establecer estrategias, rutinas y horarios de limpieza. 

 

Productos esenciales de limpieza y desinfección 

Los productos limpiadores tienen capacidad de eliminar residuos o sustancias de desecho en las superficies, pero no tienen la capacidad de evitar la proliferación de microorganismos. Dicho en otras palabras, limpian, pero no desinfectan.  

Una solución con efecto desinfectante  es una sustancia química que destruye los microorganismos y que se aplica sobre material inerte. Pueden ser bacterias, fungicidas, esporicidas y virucidas. 

Cuando se emplean estos productos en la limpieza y desinfección de un hospital, se busca siempre reducir en número de microorganismos a niveles mínimos aceptables. 

 

Principios básicos de limpieza 

De arriba hacia abajo: Iniciado por techos, lámparas, posteriormente paredes, puertas, y al último el suelo. 

De adentro hacia afuera: Iniciando siempre por el lado opuesto a la entrada. 

Del centro a la periferia: Se aplica cuando la superficie es muy extensa. 

 

Algunas recomendaciones generales a seguir

Evitar la combinación de dos o más anticépticos.

Respetar el tiempo de acción y la concentración indicadas por el fabricante.

La remoción de suciedad es por fricción con agua y jabón y posteriormente el uso de soluciones desinfectantes.

Las superficies deben de quedar lo más secas posibles, la humedad favorece la la multiplicación de gérmenes. 

Al término del procedimiento se deben desinfectar guantes y material utilizado. 

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